Un día, el estaba limpiando el jardín de la escuela. Ahí el vio al
maestro y sus estudiantes. El maestro estaba mostrándole a los estudiantes como
pintar. Instantáneamente, Liang amó la belleza del arte. Él verdaderamente quería
pintar. Pero no tenia dinero para comprar pinceles o papel.
Liang habló con el maestro de la escuela. “Por favor, ¿Podría prestarme un pincel? Quiero pintar.”
El maestro estaba enojado. “¡Vete
de aquí! Pintar no es para muchachos indigentes!”
Ma Liang se fue, pero no se rindió.
“Un muchacho pobre puede dibujar. Aprenderé de otra manera.” Él dibujó a
animales en la tierra con un palo. Él usó agua para dibujar peces en las rocas.
Le gente vio sus imágenes. Ellos consideraron que sus dibujos eran increíbles.
Las aves en sus imágenes parecían listas para volar. Los peces emergían listos
para nadar en el agua.
Ma Liang aún tenía la esperanza de pintar con un pincel. Él pensaba en
eso cada día. Una noche, Liang tuvo un sueño. En el sueño, un hombre anciano venia
a Liang. El hombre daba a Liang un pincel.
“Sé cuidadoso con este pincel,” dijo el anciano. “Es
mágico.”
Ma Liang despertó y miró. ¡El pincel estaba en su mano!” Por tres días, no
compró arroz. Él ahorró su dinero. Al final él pudo comprar tinta y papel. El
muchacho pintó a un ave con su pincel mágico. Cuando él terminó, el ave abrió sus ojos. ¡Enseguida movió sus
alas hacia el cielo! Ma Liang pintó un pez. El pez saltó al agua y se alejó
nadando. La gente vio la magia del muchacho. Ellos le trajeron papel. Con su
pincel mágico, Liang ayudó a la gente pobre. Él pintó un azadón para un agricultor.
Él pintó una lámpara de aceite para una mujer anciana. Él pintó arroz para una
madre joven.
El emperador en su palacio aprendió sobre Ma Liang. Él envió sus guardias
para tomar al joven artista. Ma Liang no quería ir. Él había escuchado malas
historias sobre el emperador. El emperador era muy cruel con la gente pobre.
Pero los guardias forzaron a Liang a ir al palacio.
Ma Liang dijo a sí mismo, “Nunca
serviré a éste hombre.”
El emperador dijo a Ma Liang que pintara un hermoso dragón de oro. En vez
de ello, Ma Liang pintó un sapo verde. El emperador le dijo al muchacho que
pintara una ave de hermoso canto. En vez de ello, Ma Liang pintó una gallina café.
El sapo y la gallina hicieron mucho ruido. Ellos corrieron al rededor y rompieron
muchos objetos caros. Los guardias no pudieron agarrara los animales.
El emperador estaba muy enojado. Él quitó a Ma Liang el pincel mágico.
Con el pincel, el emperador pintó una montaña de oro. Pero cuando él terminó,
él tenía solo un montón de rocas. Él intentó otra vez hacer oro. Esta vez el
oro llego a ser una serpiente amarilla. Temeroso, el emperador tiró el pincel.
La gran serpiente atacó al emperador. Los guardias corrieron para salvara a su líder.
Ellos mataron a la serpiente con sus espadas. Con todo el ruido, nadie vio a Ma
Liang. El muchacho recogió su pincel mágico. Luego, él rápidamente corrió hacia
afuera del palacio.
¿Qué sucedió con Ma Liang y su pincel mágico? Nadie está seguro. Algunos
dicen que regresó a ayudar a su pueblo. Otros dicen que se fue por todo China a
pintar para los pobres.
Leyenda de China tomada de “Festival of Folktales.” Dominique Press.
Carlsbad, California, 1993. Págs., 24-27.
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