martes, 28 de junio de 2016

La Cabeza Voladora


     Una noche de tormenta, el monstruo Cabeza Voladora, llegó a la tierra. Era un monstruo horrible. Tenía alas, pero no tenia cuerpo y piernas. Tenía una lengua verde, dientes negros, y dos hoyos por nariz. Su piel era morada y gris. El monstruo podía volar tan rápido y alto como una águila.

     La Cabeza Voladora estaba muy hambrienta. La primera noche, se devoró todo el maíz del campo. La siguiente noche, vino otra vez. Se comió a todos los conejos de la tierra. Nuevamente el monstruo vino. Esta vez, se comió a todos los venados del bosque. Los hombres trataron de matar al monstruo. Ellos usaron sus arcos y flechas. Pero nada detuvo a la Cabeza Voladora.  El monstruo trató de comerse a los hombres y los hombres huyeron.

     Toda la gente estaba temerosa. No había más plantas o animales. Solo había gente. ¿Qué si el monstruo viniera por ellos?

     Esa noche, todas las familias abandonaron sus casas. Ellos corrieron para esconderse hacia la casa comunal mas grande. Todos fueron, con excepción de una mujer. Ella se quedó sola en una casa comunal con su bebe. Ella tenía un plan para detener al monstruo. Primero, ella alimentó al bebe. Luego ella escondió al pequeño en la casa. Después, la mujer hizo un gran fuego. Ella calentó muchas grandes piedras. Las piedras se tornaron rojas con el calor.

      El monstruo vio el humo de la casa comunal de la mujer. Voló hacia abajo runbo a su puerta para mirar. Pero la mujer ignoró al monstruo. Ella continuó cocinando. Usando un palo, ella levantó una piedra caliente. Ella pretendía comerla.


     “¡Esto es delicioso!” ella dijo. “Lo siento que otros no estén aquí. ¡Qué maravillosa cena!” Ella eligió otra piedra caliente, luego otra. Ella pasó las piedras con su boca. Luego, ella las puso en el piso. El monstruo no vio su truco.

     El monstruo quería el maravilloso alimento. El llegó volando sobre la mujer y la empujó. De una mordida, el monstruo se comió todas las piedras en el fuego. De repente, el monstruo gritó. Todas las tribus cercanas escucharon los ruidosos alaridos. El monstruo salió volando de la casa comunal. Gritó hasta que la tierra se sacudió. Aún gritando ruidosamente, el monstruo finalmente se fue volando.

      La joven mujer recogió a su bebe. Ella fue hacia la puerta y miró hacia afuera. Al final la noche estaba tranquila. Toda la gente vino a escuchar su historia. Ellos estaban asombrados y felices de su truco.

       La Cabeza Voladora nunca regresó a la tierra de los iroqueses.

Cuento nativo americano de los iroqueses, tomado de, “Festival of Folktales.” Dominique Press. Carlsbad, California, 1993. Págs., 47-49. 

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