martes, 14 de junio de 2016

Charan

     El gobernador de la provincial de Pyong-an, en Corea tenía un solo hijo.  El nombre de su hijo era Keydong. El joven era un excelente estudiante y escritor. En el cumpleaños decimo sexto de Keydong, el gobernador le regaló a su hijo una gran fiesta. En la fiesta, había muchas bailarinas. Una adorable muchacha llamada Charan, bailó con Keydong. Todos disfrutaron viendo bailar a la guapa pareja.
      Esa noche, el joven y la señorita se enamoraron. Ellos comenzaron a verse el uno al otro cada día. Ellos platicaban juntos muchas horas. Ellos llegaron a ser los mejores amigos.
      Seis años después, el rey quiso que el gobernador fuera su primer ministro de justicia. El gobernador y su familia se tuvieron que mudar a Seúl.
      El gobernador habló a su hijo, “Keydong, tenemos que mudarnos. Veo que amas a Charan. Pero no te puedes casar con la muchacha. Tu sabes eso. Ella no es de tu clase social.”
     “Padre, no te preocupes,” dijo Keydong. “Entiendo. Le diré adiós a Charan.”
      La joven muchacha lloró en el día de la partida. Pero Keydong no mostró emociones en su semblante.
      Keydong se fue a Seúl con su familia. Él trató de olvidar a Charan. Pero no pudo. Cuando él estudiaba, él pensaba solo en su amor. Una noche, en medio del invierno, él se fue de su casa. Él quería regresar con Charan.
      En la mañana, la mamá de Keydong fue a hablar con su hijo. El joven se había ido. Su madre y padre no sabían dónde estaba él. Todos buscaban al joven. Al final, los padres decidieron que Keydong estaba muerto. Tal vez un tigre se lo había comido. Los padres tristemente quemaron las ropas de su hijo, en una ceremonia mortuoria.
     El viaje de Keydong a Pyong-an fue muy difícil. Charan vivía cientos de millas lejos. Había nieve en el camino. Keydong era el hijo de un hombre rico. Nunca había conocido antes el hambre o el frio. Él había tenido que mendingar por comida. Él casi se congela de muerte. Él caminó sobre la nieve por un mes.
     Finalmente, Keydong llegó a Pyong-an. Él encontró a Charan. Ella lloró de felicidad al ver a su amado nuevamente. Los dos decidieron escapar juntos.
     Keydong y Charan se casaron. Entonces, ellos se fueron a vivir a un pueblo en una montaña. Keydong llegó a ser un sirviente. Charan cosía ropas para vender. Ellos eran muy pobres, pero los dos eran muy felices.
     Entonces un día, Charan le habló a su esposo, “Tú dejaste a tus padres . Ellos no saben que tú estás vivo. Eso está mal. Pero tú no puedes regresar a casa. ¿Qué podemos hacer?”
     “No lo sé,” dijo Keydong tristemente.
     “Tengo una idea. Tú puedes estudiar para el examen oficial. Si tú lo pasas, tú traerás honor a ti mismo. Tú podrás ver a tus padres de nuevo. Tú serás también un oficial de estado.”   
     Keydong estuvo de acuerdo con el plan. Ellos trajeron libros para él, para estudiar. Cada noche, los dos se sentaban a la luz de una vela. Charan cosía y Keydong estudiaba. Dos años pasaron de esta manera.
     Al final, Keydong y Charan fueron a Seúl para el gran examen. Keydong escribió magníficamente en su examen. Él ganó el primer lugar.
     El rey pidió ver a Keydong, “Tú eres el ganador del examen. Eso es excelente. Pero no entiendo una cosa. Tu escribiste que eres el hijo del ministro principal de justicia. Su único hijo murió hace tres años.”
     Keydong contó su historia. El rey dijo, “Te perdóno por tus malas acciones. No te voy a castigar por tu amor. Charan no es una persona común. Haré a ella igual a tu clase social.”
     Keydong fue a ver a sus padres. Los padres estaban llenos de felicidad, de ver a su hijo de nuevo. Keydong y Charan oficialmente se casaron en un gran festival. Posteriormente, Keydong llegó a ser uno de los primeros ministros de Corea. Él y Charan vivieron una larga, y feliz vida.
     Leyenda coreana tomada de “Festival of Folktales.” Dominique Press. Carlsbad, California, 1993. Págs., 90-93.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario