domingo, 19 de junio de 2016

Habla

 
     Un agricultor fue a su campo una mañana a desenterrar algunos ñames. Él quería comerse los ñames para el almuerzo. Mientras los desenterraba, un ñame le habló. “¿Hey, qué vas a hacer con tu palo? Vete y déjame en paz.” El agricultor volteó y vio a su vaca. La vaca estaba comiendo zacate. El hombre estaba asombrado. “¿Dijiste algo?”

     La vaca continuó comiendo. Pero el perro del hombre habló, “No fue la vaca, fue el ñame. El ñame quiere que te vayas.”

     El hombre estaba enojado. El perro no había hablado antes. Al agricultor, además, no le había gustado el tono de voz del perro. Él decidió pegarle a su perro con una rama. Usando su cuchillo, el hombre cortó una rama de un árbol de palma. En ese momento, el árbol de palma habló, “¡No cortes mi rama!”

     El hombre estaba perturbado. No le gustaba lo que estaba pasando. Él tiró las ramas al piso. La rama de palma dijo, “¡Hey, ponme en el suelo suavemente!”

     El agricultor cuidadosamente puso la rama sobre una piedra. Pero la piedra gritó, “¡Hombre, quita la rama de mi!”

     Por ahora, el agricultor estaba muerto de miedo. Él comenzó a correr hacia el pueblo. En el camino, él conoció a un pescador. El pescador estaba cargando una red de pesca.

     “¿Cuál es el problema?” preguntó el pescador.

     El agricultor conto la historia sobre el ñame, perro, árbol, rama y piedra, parlantes. “¡Qué historia tan loca! Esa no es razón para estar asustado,” dijo el pescador.

     La red de pesca del pecador le preguntó al agricultor, “Bueno, ¿Quitaste la rama de la piedra?”

     “¡Uff!” gritó el pescador. Él lanzó la red de pesca sobre el suelo. Ambos, él y el agricultor, corrieron por el camino. Ellos conocieron a una tejedora. La tejedora cargaba una pañoleta en su cabeza. “¿A dónde van tan rápido? Casi me pegan,” dijo ella.

     El agricultor le contó a la mujer su historia, sobre el ñame, perro, árbol, rama y piedra, parlantes. El pescador le contó a ella sobre la red de pesca parlante. “¡Hombres tontos!¡No les creo!¡Qué razón tan loca para correr!” dijo la tejedora.

     “Pienso que deberías correr,” dijo el pañuelo a su cabeza.

     “¡Oh, no!” gritó la tejedora. Ella retiró su pañuelo. Luego, ella corrió después de el agricultor y el pescador.

     Los tres llegaron al rio. Ellos comenzaron a cruzar las aguas. En el rio, un hombre estaba nadando. “¿Qué estás haciendo? ¿Estás casando a un animal?” el hombre preguntó.

     El agricultor contó su historia sobre el ñame, perro, árbol, rama y piedra, parlantes. El pescador narró sobre la red de pesca parlante. La tejedora contó sobre su pañuelo parlante. “¡Esa es una historia absurda!¡Olvídenla y tomen un baño!” dijo el nadador.

     “Ustedes deberían correr si eso sucede,” dijo el rio. El hombre saltó fuera del rio. É comenzó a correr con las otras personas.
     Al último, ellos llegaron a un pueblo. Todos los cuatro corrieron a la casa del jefe. El sirviente del jefe sacó el taburete del jefe. El jefe se sentó sobre su taburete y escuchó a la gente.

     El agricultor contó su historia sobre el ñame, perro, árbol, rama y piedra, parlantes. El pescador narró sobre la red de pesca parlante. La tejedora contó sobre su pañuelo parlante. El nadador contó sobre el rio parlante.

     El jefe fue paciente al principio. Luego, se enojó. “¡No les creo una palaba! ¡Vuelvan al trabajo antes de que los castigue! ¡Están haciendo perder mi tiempo!”  

     Los tres hombres y la mujer tristemente se alejaron. El jefe aún estaba enojado. “Una plática tonta puede enojar a un pueblo entero,” dijo el jefe.

     “¡Qué historia!” dijo el taburete. “¡Es absurdo, un ñame hablando!”

Leyenda de Ghana tomada de “Festival of Folktales.” Dominique Press. Carlsbad, California, 1993. Págs., 70-72. 

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