martes, 28 de junio de 2016

La Mujer que se Convirtió en Canguro.

 
     Hace mucho, mucho tiempo, había una chica infeliz. A ella no le gustaba el trabajo de las mujeres. Cada día, la mujer trabajaba muy duro. Y cada día, el trabajo era siempre el mismo. A la muchacha no le gustaba extraer plantas para comer. A ella no le gustaba buscar insectos para comer. No le gustaba preparar los alimentos. Y no le gustaba cuidar niños. A ella le gustaba hacer el trabajo de los hombres y los muchachos. La vida de ellos le parecía más libre. Cada día, los hombres y los muchachos dejaban el campamento para cazar por comida. Para la muchacha, el trabajo de los hombres era más excitante.

     Un día, la muchacha decidió huir de su vida aburrida. Ella dejó el campamento mientras su padre estaba lejos cazando. Ella corrió y corrió. Ella llegó a un valle a través de un arroyo. La muchacha no encendió un fuego. Ella tenía miedo que su padre pudiera ver el fuego. Luego, él la iría a buscar. Esa noche ella durmió cerca del arroyo. Ella permaneció en el valle por muchos días. Había plantas e insectos para comer. Cada día la muchacha escalaba una montaña y buscaba a su padre. Un día, ella lo vio en la distancia. La muchacha rió para sí misma. Ella sabía que su padre no la podía encontrar. Ella había escondido bien sus huellas.

     Mas días pasaron. La muchacha no vio a su padre otra vez. Al final, la muchacha se sintió segura. Ella hizo un fuego con palos. Luego ella cocino algunas plantas e insectos. Es noche, ella durmió en paz. Pero el padre de la muchacha no se había ido lejos. Él había acampado cerca de las montañas. En la noche, él vio la luz de la fogata de la muchacha. Al siguiente día, él caminó hacia el valle. Él se escondió detrás de las rocas. Él observó a su hija buscando insectos en los arboles. Entonces él fue a agarrarla. La muchacha lo vio y gritó. Ella corrió a un grupo de árboles. Ella se escondió detrás de un árbol blanco. El árbol estaba roto y no tenia parte superior. Al principio, el [adre no vio a su hija. Luego él la vio escondida.
     La chica tenía miedo. Ella no quería regresar a su antigua forma de vida. De repente, ella recordó algunas palabras mágicas. Su abuela le había dicho esta magia hace mucho tiempo. Ella se agarró del árbol. Luego ella rápidamente dijo las palabras mágicas. Había mucho ruido. El árbol salió de la tierra. La muchacha se agarró mientras el árbol brincaba y bajaba por el valle. El padre corrió tras la muchacha y el árbol blanco. Él corrió y corrió hasta que tuvo que parar. Su cuerpo no pudo correr más. Enojadamente, él vio el salto del árbol fuera de vista.

     Pronto la muchacha estaba lejos, muy lejos de su padre. Ella estaba a salvo. Pero, ¿Cómo podría parar al árbol? Ella no concia las palabras mágicas. Ella siguió saltando hasta que el árbol llego a ser parte de ella. Sus piernas crecieron largas y fuertes. Sus brazos se hicieron cortos.

     Se dice que esta muchacha fue el primer canguro. El canguro es tanto blanco como negro. Tiene el color oscuro de la muchacha y el árbol blanco. Al canguro también le gusta saltar y ser libre.

Cuento de australia, tomado de, “Festival of Folktales.” Dominique Press. Carlsbad, California, 1993. Págs., 55-57. 

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